Esta atmósfera al nivel del mar (1 ATA) es simplemente el aire circundante que nos rodea, ejerciendo una ligera presión sobre nuestros cuerpos, que como es mínima, no notamos ningún cambio. Ahora imagínate buceando con cientos de litros de agua de mar rodeando tu cuerpo, y cuanto más profundo estás, más litros tendrás presionando tú organismo. Todos esos litros si van a ejercer cambio en nuestros cuerpos, y la ley de Boyle nos explica eso.
Nosotros debemos saber que cada 10 metros de agua salada sobre nuestro cuerpo van a ejercer 1 atmósfera de presión. También tenemos que recordar que ya tenemos una, por la presión que ejerce el aire de la superficie, y debemos sumársela, así que podemos ilustrar todo esto en el siguiente gráfico:
El volumen de todo recipiente flexible, como puede ser nuestro cuerpo, se reducirá siempre proporcionalmente al elevarse la presión que lo rodea, como podemos ver en el gráfico.
Esta presión no va a modificar casi el 80% de nuestro cuerpo que está compuesto de agua, pero si los espacios de aire de nuestro organismo, como son los pulmones, los senos nasales y paranasales, el oído medio, y por último el espacio artificial de aire que creamos al usar una máscara de buceo. Para no tener problemas o sentir dolor al reducirse estos espacios de aire debido a la presión, tenemos que compensarlos o ecualizarlos cuando descendemos, enviando aire mediante diferentes técnicas sencillas, bien respirando normalmente y nunca manteniendo la respiración, para compensar nuestros pulmones, o con la boca cerrada pinzando la nariz soplando suavemente para enviar aire a los oídos (maniobra de Valsalva).
También podemos tragar saliva y mover la mandíbula (maniobra de Toynbee), y soplar por la nariz si la máscara nos aprieta demasiado. La regla número uno y más importante del buceo es nunca aguantaremos la respiración y esta deberá ser constante y natural, para sentirnos relajados y disfrutar de la experiencia. Hay otra regla que no podemos romper, y es que nunca ascenderemos rápido hacia la superficie, ya que nuestro cuerpo y los gases que respiramos necesitan adaptarse a los cambios de presión descendente. Esta velocidad será a no más de entre 9 o 18 metros por minuto dependiendo de tu profundidad. Si no tienes un computador para ver estos datos, nunca ascenderás más rápido que las burbujas más pequeñas que expulses en cada exhalación, asegurándote de no romper esta regla fundamental. Si tenemos empastes deteriorados también podríamos sentir molestias por acumulación y expansión de aire en su interior cuando ascendemos, aunque sucede muy raramente, podemos solucionarlo dejando de subir, ecualizando y también moviendo la cabeza y mandíbula para ayudar a salir dicho aire.
Esta técnica también funciona si hemos buceado con congestión, que no es nada recomendable, y sentimos un bloqueo inverso al ascender, que se traduce en algo bastante doloroso, donde la congestión no deja que ecualicen automáticamente tus espacios de aire en los senos nasales y paranasales, ya que mientras ascendemos no es necesario ecualizar o compensar nuestros espacios de aire manualmente si estos están correctamente despejados, ya que lo hacen de forma automática.
Ahora que sabemos que sucede a nivel fisiológico con nuestros espacios de aire en nuestro organismo al bucear, quiero que entendáis que sucede con el oxígeno y nitrógeno cuando buceamos. Un hombre adulto tiene una capacidad pulmonar de unos 4,5 litros aproximadamente, y una mujer 3 litros. El aire que respiramos pasa por nuestro sistema respiratorio hasta los pulmones y los alveolos, donde a través de los capilares se produce el intercambio de gases, y es ahí donde el oxígeno pasa a la sangre, transportado por la hemoglobina para alimentar nuestro organismo, convirtiéndolo en dióxido de carbono. Con el nitrógeno sucede lo mismo pero no nos beneficia en absoluto. Este se alojará en forma de micro burbujas, denominadas silenciosas y no dañinas, en todos nuestros tejidos. Este fenómeno se produce al someter al nitrógeno a las diferentes presiones según la profundidad que nos encontremos, así que a mayor profundidad, mayor acumulación de nitrógeno en todo nuestro cuerpo. Este gas se acumulará más rápido y en mayor cantidad en los tejidos grasos, así que si estamos en sobre peso debemos tener esto en cuenta.
También acumularemos mucho más Nitrógeno si hemos consumido alcohol, no hemos descansado bien la noche anterior o tienes una forma física deficiente. Por tener nitrógeno en nuestro cuerpo nunca debemos ascender rápido, y entre inmersiones debemos permanecer un tiempo de descanso, llamado tiempo de intervalo en superficie, para liberarlo adecuadamente y nunca sobrepasar el límite natural máximo que tiene nuestro organismo. Después de bucear con aire comprimido como hacemos en el buceo recreativo tenemos que ser conscientes de varias normas. Debemos descansar unas 12 horas liberando Nitrógeno antes de realizar apnea o freediving, ejercicio intenso, darnos algún masaje fuerte o subir a montañas más altas de 2000 metros, ya que podríamos incrementar en tamaño las micro burbujas silenciosas no dañinas de Nitrógeno. También es muy importante no volar en avión hasta que pasen 18 horas por el mismo motivo. Podrás preguntarnos si deseas ampliar esta importante información.
Si respetamos estás sencillas normas el buceo será siempre una experiencia increíble y totalmente segura donde seremos buenos buceadores y cuidaremos de nuestro cuerpo.
Si no las respetamos podemos tener enfermedades disbáricas o descompresivas, que deben ser explicadas en cada curso de Open Water por un instructor cualificado.